El abismo profesional en la atención a la diversidad.


Voy a contaros algunas opiniones personales que tengo sobre las personas que nos dedicamos a la educación especial y la atención a la diversidad. Maestros especialistas de pedagogía terapéutica o audición y lenguaje, logopedas, psicólogos infantiles, fisios pediátricos… etc.
 

  • Me parece que (en el ámbito educativo) formarse en atención a la diversidad requiere mucho más esfuerzo que otras especialidades. Lo veo mucho más complejo.
  • Dedicarse a la atención a la diversidad requiere de una sensibilidad especial que no todas las personas tienen.
  • La atención a la diversidad nos expone a relacionarnos con niños, jóvenes y adultos con problemáticas complejas que en ocasiones nos acaban afectando psicológicamente. Problemáticas que van desde desencuentros familiares hasta problemas muy graves de salud.
  • Las personas que abordamos las diferentes problemáticas que debilitan la calidad de vida de las personas con las que trabajamos, estamos expuestas a sufrir problemas psicológicos con mayor facilidad que otras personas de otras especialidades.
  • A día de hoy sigo creyendo que la atención a la diversidad y la educación especial está muy infravalorada o estigmatizada. A día de hoy gran parte de la población nos considera «los pobrecitos».
  • La educación especial es posiblemente la especialidad que más provoca en los docentes que estos se replanteen su trabajo y esfuerzo diario.
  • Todos los maestros y maestras, sean del nivel que sean y al margen de la especialidad que hayan cursado, deberían pasar un año de su vida trabajando en un centro de educación especial.
  • Los profesionales con destino definitivo en un centro de educación especial (enfermeros, fisios, psicomotricistas, maestros, logopedas… etc) deberían tener derecho a trabajar durante un curso en otro tipo de centro cada cierto tiempo (2/3 años) y sin perder su plaza oficial.
  • Está totalmente infravalorado el desgaste físico y psicológico de los especialistas que atienden la diversidad.
  • Nuestro trabajo está totalmente infantilizado.

Sobre el desgaste físico y psicológico…

  • A día de hoy gran parte de la población desconoce que los maestros especialistas estamos expuestos con demasiada facilidad a agresiones verbales, físicas y psicológicas por parte de un porcentaje (no precisamente bajo) de nuestro alumnado.
  • No todas estas agresiones por parte de nuestro alumnado se producen de manera premeditada. En ocasiones son un mecanismo de defensa producido por una falta de comprensión de lo que sucede en su contexto. A veces también se debe a la frustración producida por una incapacidad comunicativa.
  • En otras ocasiones, en menor medida, las agresiones por parte de nuestro alumnado son totalmente premeditadas y se dan con ensañamiento.
  • Pocos saben de esta situación de riesgo físico y psicológico a la que estamos expuestos. Y todavía menos saben que aunque las suframos, al día siguiente volveremos al trabajo con nuestras mejores intenciones.

Ante la exclusión social…

  • A los especialistas, cuando realizamos actividades cuyo objetivo fundamental es la inclusión social, nos gusta anticiparnos a los prejuicios con los que nos vamos a encontrar durante «la excursión».
  • Creo que muchos nos acabamos acostumbrando a que nos miren raro y nos señalen cuando hacemos salidas con nuestro alumnado.
  • Hasta donde he podido observar, muchos especialistas hacemos humor negro de nuestro trabajo. Y hasta el propio alumnado lo practica a veces.
  • A día de hoy sigue sin hacerse una relación entre los conceptos de educación especial y desarrollo intelectual. Como si atender a la diversidad no implicase un trabajo curricular lo más avanzado posible. Siempre se entiende como una intervención en negativo, hacia atrás.
  • La atención a la diversidad en cualquiera de sus formas es uno de los trabajos más enriquecedores que pueden existir. Estoy segura de ello.
  • Insisto en que no debería dedicarse a esto personas que no cuenten con una sensibilidad especial. Sensibilidad para empatizar y entender a personas con diversidad funcional.
  • Profesiones de este calibre requieren toneladas de paciencia.
  • Atender a la diversidad requiere una formación continua, actualizada, científica y de calidad.
  • La atención a la diversidad, desde la rama educativa, requiere que los profesionales que se dedican a ella sean creativos. A la vez que deben dominar todos los contenidos de manera minuciosa para saber adaptarlos a las necesidades del alumnado.

Haciendo balance…

  • Atender a la diversidad de manera profesional y correcta exige de un dominio propio, una gestión emocional y una batería de conductas adaptativas y habilidades sociales que no todos tienen.
  • Los maestros de educación especial tenemos uno de los trabajos más delicados y cuidadosos de todo el sistema educativo.
  • Este trabajo nos coloca frente al abismo que se abre ante las personas en situación de riesgo y exclusión social. Estamos en primera fila para verles caer o volar.
  • Este trabajo nos pone cara a cara con nuestros miedos, nuestras inquietudes vitales, nuestras debilidades y fortalezas. Cada día nos enseña lo frágil que es la vida.
  • Nos hace reír a carcajadas y llorar de rabia y desesperación. Nos crea una coraza y a la vez nos vuelve más sensibles. Esta labor nos hace sentirnos más vivos y más humanos.

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