Pedagogía inclusiva de la inteligencia: desarrollando la capacidad.

-Altas capacidades intelectuales en el aula-

Primera parte: definición de conceptos e intervención curricular.


Cuando nos encontramos con la sorpresa de tener que atender en el aula a un niño o una niña con altas capacidades intelectuales, tanto la familia como el equipo interdisciplinar del centro nos encontramos ante la disyuntiva de tener que sopesar y determinar cuál será la mejor propuesta de intervención educativa que se aplicará durante sus procesos de enseñanza y aprendizaje dentro del entorno escolar.

Atender a este conjunto de niños y niñas supone un gran reto tanto para familias como para profesionales. Puesto que, a pesar de las creencias existentes, su atención requiere de un conjunto de métodos y estrategias bastante complejas e individualizadas. Supone pues, algo más que facilitar una gran cantidad de contenidos como si de botellas con embudos esperando a ser rellenadas se tratasen. Este grupo de niños tan concreto requiere de una atención muy individualizada que le provea de:

  • Contenidos y aprendizajes adecuados a sus necesidades e intereses.
  • Una amplia batería de estrategias aplicables en el contexto social.
  • Estrategias que les ayuden a facilitar e interiorizar sus procesos de autorregulación emocional.
  • Pautas que les ayuden a determinar límites cuando sean necesarios.
  • Situaciones prácticas en las que desarrollen una tolerancia a la frustración y al error.
  • Métodos de encuentro y desarrollo intelectual y creativo a través de sus intereses.

Hablemos de sobredotación intelectual, talento, genialidad y precocidad.

  • Persona con sobredotación intelectual, o «Superdotada»: Son personas que persentan una inteligencia muy superior a la media en relación a su grupo de edad en los tests de inteligencia general, una gran motivación hacia sus intereses y una elevada creatividad.
  • Altas capacidades intelectuales: engloba al conjunto de personas que presentan una inteligencia superior.
  • Talento: las personas talentosas son aquellas que destacan en algún área muy concreta sin destacar en las demás por igual. Ejemplo: destacar especialmente en artes escénicas, música, matemáticas, física…etc.
  • Genio: se trata de aquella persona que realiza una o varias obras geniales en beneficio de la humanidad. Aquí es importante tener en cuenta que los genios sí que suelen ser personas con sobredotación intelectual, pero que no todas las personas con sobredotación intelectual tienen que ser genios.
  • Precoz: Engloba a aquellos niños y niñas que presentan, en general, un desarrollo más adelantado respecto a su aparición y consolidación. Aprenden con facilidad y anterioridad pero no tienen por qué cumplir los criterios diagnósticos propios de niños con sobredotación intelectual o altas capacidades intelectuales.

Modalidades de intervención curricular en la escuela.

Las dos opciones más comunes de intervención curricular en la escuela para este grupo de niños suele ser:

  1. Aceleración de un curso escolar.
  2. Aplicación de un proyecto de enriquecimiento curricular en el curso escolar pertinente.

La primera es muy sencilla. Mediante el diagnóstico y el informe psicopedagógico pertinente se procede a adelantar un curso escolar al niño o la niña. Dependiendo de las comunidades autónomas variará en qué curso y en qué condiciones se realiza esta aceleración.

La segunda opción, en cambio, es más compleja. Esta opción consiste en la permanencia en el curso escolar pertinente y dentro de su aula de referencia, pero facilitando al alumno una serie de contenidos más avanzados y complementando estos con tareas de investigación y desarrollo que sacien sus necesidades de conocimiento y aprendizaje.

¿Por qué estoy a favor del enriquecimiento curricular?

El enriquecimiento curricular es, según mi criterio, la medida de intervención curricular individualizada más flexible y que mejor adapta a las necesidades específicas de apoyo educativo de los niños con altas capacidades intelectuales. Este método se caracteriza principalmente por respetar los procesos de desarrollo integral personales. Aquí el aprendizaje y desarrollo de contenidos va más allá de los estipulados para su edad. Los contenidos de enriquecimiento dependen de su interés y motivación, proporcionándole un sentimiento positivo hacia el proceso de enseñanza y aprendizaje en la escuela. Además, esta medida de intervención curricular se puede complementar con otros proyectos de atención especializada que mencionaré más adelante.

Tercera opción: sin apoyo ni enriquecimiento.

Quizá no deba considerarse una opción, pero para bien o para mal es una situación que se da en múltiples ocasiones. El niño o niña en cuestión nunca llega a recibir una atención adecuada en su proceso educativo. O bien nunca ha llegado a ser diagnosticado o evaluado como tal, o bien se ha decidido no llevar a cabo ninguna intervención.

Antes de la evaluación y del diagnóstico es necesario que el entorno perciba determinadas señales que encaminen a valorar la posibilidad de que el niño entre en el perfil de las altas capacidades intelectuales. Pero estas señales no siempre son tan visibles como se podría esperar. Y a veces, incluso, son camufladas por determinadas conductas disruptivas que nacen de las propias necesidades y motivaciones insatisfechas del niño. Estas conductas disruptivas pueden llegar a llevar a un falso diagnóstico positivo en trastornos conductuales o problemas atencionales (TDAH), enmascarando un correcto diagnóstico en altas capacidades intelectuales.

Es principalmente en estos casos en los que el niño nunca llega a recibir una intervención correcta y adecuada. Las consecuencias las podemos imaginar por nosotros mismos: desde una falta de motivación, un descontrol atencional, altos niveles de frustración y aparición de conductas disruptivas hasta problemas emocionales y de autoestima, estrés, ansiedad, depresión…etc.

Con esto no quiero decir que todos aquellos niños que no recibieron un correcto diagnóstico o una intervención adecuada en la etapa escolar hayan estado abocados al fracaso en sus vidas. Pero sí que es cierto que no recibir una adecuada estimulación entorpecerá que su inteligencia y capacidad fluya adecuadamente. A veces, son los propios niños al llegar a la edad adulta quienes encuentran sus propias formas de desarrollar y dar forma a esa inteligencia y capacidad propia.

¿Cómo se decide qué medida es la más adecuada?

Dependiendo del caso y del entorno se determina una modalidad u otra de intervención. Desde mi punto de vista lo ideal es que a partir diagnóstico y de una completa evaluación psicopedagógica se extraigan todas las necesidades del niño o la niña y entonces basándonos en ellas se decida qué es lo mejor. Es muy importante valorar tanto el CI como el perfil personal antes el que nos encontramos, conociendo cuáles son sus inquietudes, motivaciones, necesidades educativas y emocionales. Debemos valorar toda la información posible, establecer una comunicación directa tanto con el niño como con la familia, valorar el contexto sociocultural y familiar, y ya entonces decidir conjuntamente qué será lo mejor: adelantar curso o hacer un enriquecimiento curricular. O incluso ambas opciones. No quedarnos únicamente con el adelanto.

Debemos valorar también la posibilidad de realizar un adelanto de curso escolar además de un enriquecimiento. Existen múltiples opciones de intervención. La adecuada será la que se adapte adecuadamente al niño o niña y sus necesidades.

Otros proyectos de atención especializada.

Me quedaría corta si solo mencionase el adelanto de curso escolar o el enriquecimiento curricular. Existen varios proyectos de actuación muy válidos a la vez que útiles, los cuales pueden compaginarse con las medidas mencionadas anteriormente. Estos suelen ser: aulas específicas y cursos de excelencia, programas de investigación para estos alumnos, torneos, semanas culturales específicas, asistencia a asociaciones específicas para personas con sobredotación intelectual, gabinetes de intervención en altas capacidades…etc.

¿Cómo puede intervenir el maestro especialista en pedagogía terapéutica?

Con este tipo de alumnado tan concreto el maestro especialista de pedagogía terapéutica debe cumplir varias funciones básicas. Estas funciones van encaminadas a gestionar procesos de intervención en los ámbitos emocional e intelectual.A continuación mencionaré algunas de las principales medidas de intervención que puede llevar a cabo un PT.

En el ámbito intelectual, el/la PT debe ayudarle a emplar herramientas que sacien su necesidad de aprendizaje de forma coherente y organizada. Estas herramientas deben poder conferirle una autonomía de aprendizaje a medio y largo plazo. Esto es, enseñarle a aprender nuevos contenidos por si mismo. Además de darle estas herramientas, el PT también puede facilitarle  programas de estudio e investigación sobre temas de sus propios intereses. En esencia, ayudarle mediante estímulos y herramientas a desarrollar, en la medida de lo posible, toda su capacidad.

En el ámbito emocional, el/la PT debe ayudar al niño a gestionar toda esa capacidad intelectual de forma adecuada. Debe ayudarle a ponerse límites cuando sea necesario y enseñarle a aceptar el error y el desconocimiento como parte del aprendizaje. Trabajar la tolerancia a la frustración puede ayudar al niño a alcanzar conocimientos y aprendizajes significativos de manera eficaz. Además, todo esto debe ir de la mano de un aprendizaje relacionado con las habilidades sociales. A diario se habla de la sensación de exclusión social que viven niños con deficiencias mentales. Pero poco se habla de la sensación de exclusión que puede llegar a sentir un niño con sobredotación intelectual. Aquí, trabajar el respeto hacia los demás y la valoración positiva del talento debe ser crucial.

 


Para saber más:

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