No es inclusión.



Si eres tutor, tutora o docente especialista de alguna materia (EF, música, inglés…) y trabajas con alumnado con necesidades educativas especiales o dificultades de aprendizaje, recuerda que también está en tus manos hacer todo lo posible para favorecer la inclusión. No pretendas cargar todo el peso sobre los hombros de los especialistas de PT o AL. Tú también tienes una responsabilidad.


Tener a un niño abandonado en una esquina del aula sin recibir atención, no es inclusión.

Busca un lugar en el aula que te permita controlarlo y, a su vez, se sienta incluido y arropado por el grupo clase. Que su mesa se encuentre alejada no hace que desaparezca mágicamente de tu listado oficial de alumnos.

Esperar a que venga el PT/AL para que se lo lleve fuera del aula, no es inclusión.

Que tu alumno/a tenga asignado apoyo especializado de PT o AL, no significa que la responsabilidad recaiga únicamente sobre ellos. Es TU alumno/a. Y eres tan repsonsable, o más, que los especialistas de PT/AL. De hecho, es necesario intervenir dentro del grupo clase de forma normalizada, aunque en ocasiones se realice un trabajo en paralelo sobre los contenidos.

Pretender que siga el mismo ritmo que los demás sin realizar ningún tipo de ajuste, no es inclusión.

Saber que tu alumno/a tiene necesidades educativas especiales o dificultades de aprendizaje te da pistas de sobra para comprender que a lo largo del curso van a aparecer dificultades o barreras que deberéis ir bordeando o saltando. Para ello es necesario realizar ajustes metodológicos, curricurales y de acceso entre otros muchos. El principal ajuste… el de mentalidad personal hacia la diversidad. Tu lumno/a tiene derecho a acceder al aprendizaje.

Culpar a tu alumno de todos los problemas que se produzcan en el aula, no es inclusión.

Detrás de cada problema de conducta hay un antecedente, un desencadenante y alguna funcionalidad (aceptable o no). Tu deber como profesional consiste en, al menos, tratar de averiguar qué sucede y cómo podéis intervenir para ayudar a ese niño o niña. No es necesario que pongas solución a todos los problemas de conducta que aparezcan. Habrán situaciones que se escaparán a tu alcance y capacidad. Pero recuerda que siempre hay un motivo detrás, y tú no eres el foco directo de todos y cada uno de los problemas. Ayúdale a buscar soluciones.

Excursar malas prácticas basándote únicamente en la ratio, no es inclusión. 

Las ratios altas no nos facilitan el trabajo ni a tutores, ni a especialistas de cualquier materia ni a especialistas de PT/AL. Pero tampoco es la única barrera que dificulta la inclusión, ni es una barrera que se encuentre en el 100% de las aulas. Es habitual encontrarse aulas con ratios decentes y con el ACNEAE/ACNEE desatendido. Si consideras que no estás haciendo un buen trabajo para la inclusión, detecta cuáles son las barreras REALES. o todo es la ratio.

Esperar que sea el apoyo especializado quien resuelva todos lo problemas, no es inclusión.

Primero debes partir de una mentalidad que no esté centrada únicamente en los problemas o las dificultades que pueda presentar tu alumnado. Conoce y recuerda sus intereses, motivaciones y fortalezas, te será te gran ayuda para atajar las dificultades. Y en el caso de que existan dificultades o problemas de conducta, recuerda que tú también debes encargarte de abordarlos. No cargues al especialistas de PT/AL con todos los problemas, ni esperes soluciones inmediatas a todo. Tampoco trates de contarle TODO lo que sale mal o va lento. Intenta evitar vomitar toda la frustración sobre el especialista. El curso se hace largo, y al final las quejas nos pesan.

Presenciar y ocultar malas prácticas ajenas, no solo no es inclusión, también te hace en parte responsable.

Denuncia malas prácticas. Contamos con mecanismos adminsitrativos y legales para ello. Informa a quien consideres conveniente: familia, equipo directivo, inspección o vía judicial, en función de la gravedad de la situación. Si consideras que algún compañero/a está siendo negligente de forma deliberada, debes intervenir. No se debe permitir que hayan alumnos en situación de abandono o exclusión.

Darle una tablet o un juguete para que no moleste, no es inclusión.

Conseguir que tu alumno esté calladito y no moleste, no ataja ningún problema. No es darle la atención necesaria. Ni tampoco es hacer accesible el aprendizaje. Tener a tu alumnado entretenido solo es silenciar temporalmente algo que para ti supone un problema. Pero no es la solución. Tienen derecho a acceder al aprendizaje, tanto como el resto de alumnado sin necesidades educativas. Y tu deber está en facilitarlo.

Saltarte todas las orientaciones del equipo de orientación y apoyo especializado, no es inclusión.

Si tienes dudas, si hay algo que no comprendes, si vas más perdido que un pulpo en un garaje, pregunta. Invita al equipo de orientación a acudir a tu aula. Estás en tu derecho. Pide la ayuda necesaria para poder mejorar tu trabajo como tutor o especialista. Necesitamos saber que realmente sabes lo que estás haciendo para poder pisar todos sobre seguro e ir avanzando en la atención personalizada del alumnado.

Pensar que cualquier conducta problemática es porque te quiere hacer rabiar, no es inclusión.

Las conductas disruptivas de tu alumnado tienen siempre una justificación. Y no ers tú de forma exclusiva. Para trabajar la modificación de conducta es importante conocer el contexto de tu alumnado, los antecedentes, aprendizajes previos, conductas alternativas que conocen o desconocen… y a partir de ahí, ir valorando qué hacer. Tu alumnado no presenta conductas disruptivas con la única finalidad de fastidiarte la vida. E incluso en la educación secundaria, ciertas conductas más problemáticas tienen un origen detrás en el que tú no eres el centro. Habrá ocasiones en las que poco podamos hacer para intervenir, lo sé. Pero eso no justifica que no tratemos de hacer nada y nos estanquemos en culpabilizar al alumnado.

Pretender que se den cambios sin hacer nada, no es inclusión.

No puedes esperar que un alumno modifique su conducta o acceda a determinados aprendizaje si por tu parte no realizas ningún ajuste en tu práctica educativa. En atención a la diversidad, las dificultades no se bordean mientras ves la vida pasar o a la espera de una «maduración súbita». Es necesario realizar una serie de ajustes individualizados y personalizados a cada caso. No hacer nada o esperar a que lo hagan los demás, nunca es la solución.

No querer adaptar materiales, no es inclusión.

Realizar adaptaciones puede ser muy costoso, pero hoy en día contamos con muchísima información en internet para conocer los tipos de adaptaciones y trucos para que estos sean duraderos y generales para diversos perfiles de alumnado. A tu alcance tienes material manipulativo, fichas, unidades didácticas adaptadas, algunos recursos tecnológicos…etc. Busca, pregunta, prueba, equivócate… pero adapta. Crear materiales específicos o adaptar otros ya existentes no es dar un paso atrás. Adaptar y crear significa ayudar a tu alumnado a acceder al aprendizaje.

Desaprovechar el tiempo sin enfocarte en tu alumnado con necesidades educativas, no es inclusión.

Si el problema es que te falta tiempo, prueba a priorizar y coger tiempo del que dedicas a otras tareas menos necesarias. Decorar el aula para eventos especiales o dedicar más tiempo de lo ncesario a dischos eventos (día de la Paz, Carnaval, Navidad…) puede convertirse en todo un pozo sin fondo al que lanzar oportunidades para adaptar tu clase para el ACNEAE o el ACNEE. Tu alumno con necesidades educativas tiene prioridad sobre cualquier evento social del cole. De nada te sirve festejar el día de la Paz si tu alumno/a no se encuentra incluido y respetado.


Puedes ofenderte, o no. Lo importante es que sepas quién está en tus manos. La verdadera inclusión está en manos de todos.

 

2 comentarios de “No es inclusión.

  1. Jose Antonio dice:

    Hola. Antes que nada felicitarte y darte las gracias por tu labor. Te siguimos desde hace tiempo en redes sociales y estás siendo de mucha ayuda para nuestra familia a la hora de entender muchas cosas que le ocurren a nuestra hija. En este caso y con esta entrada has descrito perfectamente su primer curso en el cole y la falta de empata y paciencia que está sufriendo por parte de los profesionales del centro, entre otras cosas. Hasta ahora valorabamos la idoneidad de que continuará en el centro, por lo perjudicial que son para ella los cambios y no modificar sus rutinas, pero entendemos, y más comprobando que todo lo que describes en el blog se ajusta a lo que ha ocurrido este curso, que lo mejor sería cambiar de centro y tener suerte con otros profesionales más sensibles ante este tema de la inclusión. Confiaremos en el potencial de nuestra hija que en este centro no han sabido ver ni potenciar, y que en nuestra opinión no han estado a la altura de la pequeña. Lo que lamentamos es que esto le pueda afectar a otras familias en nuestra situación. Muchas gracias nuevamente por tu tiempo, por tu dedicación y sensibilidad.

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