Tipos de vuelta a la calma.


Cuando trabajamos con niños y niñas con alteraciones sensoriales, problemas de hiperactividad, inatención o ansiedad nos vemos en la necesidad de practicar con ellos una relajación guiada o acompañada. Estas relajaciones se pueden realizar en pequeño grupo (de dos a seis niños) o de manera individualizada. Sea como sea, es importante no perder de vista al niño o la niña que requiere urgentemente de esa vuelta a la calma y tratar de mantener un ambiente pacífico.

Quiero recalcar que no existe la técnica milagro, ni que todas las técnicas ayudan a todos por igual ni en el mismo momento. Dependiendo del momento, el lugar y el estado en el que se encuentre el niño funcionará una cosa u otra. A veces incluso la mejor técnica será no aplicar ninguna y darle su propio espacio. Además, en el caso de niños y niñas con diversidad funcional, será necesario adaptar cada técnica a sus necesidades cognitivas, sensorioperceptivas y conductuales.

Consideraciones generales a tener en cuenta:

  • Mantener un ambiente ligero y ventilado, sin olores fuertes ni corrientes de viento.

  • Mostrar una actitud de calma, respeto y espera.
  • Crear un clima de silencio.
  • Háblale lo mínimo posible.
  • Aísla al niño o la niña si es necesario para evitar que se sobrecargue con otros estímulos: ruidos, luces, colores, personas…etc.
  • Permítele que elija la técnica de relajación.
  • Si es posible o no tienes mucha experiencia con el niño en cuestión, intenta anticipar cómo vas a proceder y busca, en la medida de lo psoible, su aprobación.
  • No busques solución al conflicto en ese mismo instante. Ya habrá otro momento para hablar de ello cuando se sienta más segura o seguro.
  • Realiza un feedback cada cierto intervalo de tiempo.

Dicho esto, aquí os dejo las diez técnicas que más uso en el aula de educación especial y, en ocasiones, en la ordinaria.


Técnica #1: Ejercicios de respiración.

Los ejercicios de respiración son esa estrategia básica y tan necesaria que no todos somos capaces de controlar en determinadas situaciones. Para mí es la base de la relajación, la vuelta a la calma y la regulación. De poco sirven el resto de estrategias que presento en esta entrada si no hay un mínimo control de la respiración. Respirar va más allá del proceso de coger y soltar aire. Es tratar de ayudar a la persona a ser consciente de cómo, cuánto y por donde respira.

Técnica #2: El uso del metrónomo.

En una de mis anteriores entradas, «Corazón y conducta», hablé sobre el uso del metrónomo como medida para regular el pulso y ayudar a relajar a niños/as en momentos previos a una crisis. Se trata de una estrategia experimental pero que hasta el momento me ha dado muy buenos resultados con mi alumnado.

Técnica #3: Un rincón aséptico.

El rincón aséptico o de vuelta a la calma es ese lugar libre de etímulos al que puede retirarse la persona para desconectar de todo aquelllos estímulos aversivos que le afectan en determinado momento. Es importante que sena lugares en los que se gaurde el equilibro entre aislamiento y control por parte de un adulto. Debe ser un lugar positivo para la persona y al que no se acceda de manera negativa. La función principal de ese lugar es relajarse de forma positiva. De otra forma estaría perdiendo toda la utilidad que tiene este maravilloso recurso. además, es importante llevar a cabo un trabajo de prevención y tratar de que la persona acuda a este rincón antes de que se vea sobrepasada por un momento de desregulación.

Técnica #4: Masaje con presión y tacto profundo.

Esta técnica es la favorita para todos esos niños y niñas con hiposensibilidad al tacto. Un masaje en los brazos, un buen abrazo o el uso de mantas lastradas (con peso) pueden ayudar notablemente a que alance la relajación y pueda comenzar a regularse a nivel emocional y conductual. Esta técnica no sirve para todos los niños y niñas, puesto que es posible que nos encontremos con peques que no toleran el contacto físico o simplemente supone un esfuerzo enorme para ellos puesto que lo consideran como una invasión a su intimidad y zona de confort. Es importante conocer bien al niño o la niña antes de aplicar esta estrategia o, de lo contrario, solo conseguiremos que se desregule todavía más.

Técnica #5: Relajación muscular progresiva de Jacobson.

Esta relajación no es una de las más conocidas. Abarcar tres fases que van desde el control muscular hasta la relajación mental. La primera fase consiste en la combinación entre tensar y relajar los diferentes músculos del cuerpo de forma guiada y ordenada: desde los pies hasta la cabeza. La segunda fase ayuda a hacer un repaso propioceptivo del estado de relajación general del cuerpo. Y la tercera fase se centra en la gestión de pensamientos positivos que ayuden a reforzar la sensación de tranquilidad. De esta forma y controlando el proceso de respiración conseguimos que la persona se destense ligeramente y pueda alcanzar un estado de regulación generalizada.

Técnica #6: Cosquillas y caricias.

Son gratis y no requieren de un gran esfuerzo por nuestra parte. Las caricias suelen gustar a la mayoría de personas y es raro encontrar a alguien a quien no le produzca esa maravillosa sensación de relajación y confort. Las cosquillas, en cambio, pueden ser producir un efecto rebote y alterar a la persona. Por ello es importante conocer bien a la persona a la que buscamos relajar para que pueda regularse antes de emplear las cosquillas.

Técnica #7: ASMR.

«Autonomous Sensory Meridian Response» (en inglés), o «Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma». También conocido como ese «hormigueo en la cabeza». Últimamente encontramos por Youtube un montón de videos que producen cierta sensación de placer y relajación en algunas personas. Vídeos que enseñan situaciones que abarcan desde:

  • Hacer cosquillas.
  • Personas comiendo.
  • Sonidos concretos: repiqueteo de uñas contra objetos de plástico, por ejemplo.
  • Alguien troceando jabones.
  • Manejar arena kinética.

Se ha estudiado poco sobre este efecto, pero se ha visto que en muchas personas produce una sensación muy agradable, relajante y tranquilizadora.

Vídeo de ejemplo.

Técnica #8: Relajación y regulación con fidgets.

Cuando pensamos en fidgets nos viene a la cabeza los famosos spinners y toda la controversia que generó en su momento. Pero hay mucha vriedad más allá de los spinners. Los fidgets son todas aquellas herramientas manipulables que ayuden a regular el estrés y la ansiedad de una persona. Independientemente de edad, géro y perfil sensorial. Los más conocidos son los spinners, pero tambiçen podemos encontrar en el mercado una amplia gama de fidgets como:

  • Mordedores: estilo collar, acoplados a pintas de lápices o bolígrafos, muñecos para morder…
  • Spinners magnéticos.
  • Vibradores para la boca.
  • Pelotas antiestrés de diferentes tamaños, materiales, pesos y texturas.
  • Cojines para la silla con texturas o pinchos de goma.
  • Sacos antiestrés rellenos de bolas de foam.
  • Fidget cube con botones variados.
  • Serpientes encajables.

Técnica #9: Balanceo y sensación de suspensión.

Los materiales más útiles en estos casos son las pelotas de pilates (existen de diferentes tamaños y formas), los columpios y los balancines. Este tipo de recursos produce una sensación de balanceo y/o suspensión que ayuda a la persona a regularse a nivel sensorial. Si bien es cierto que no podemos contar siempre con un material tan caro y voluminoso como es un columpio suspendido del techo, la pelota de pilates puede hacernos un gran apaño en cualquier lugar y momento. Sentado, tumbado en diferentes posiciones, quieto o en movimiento (pero siempre con supervisión de un adulto) puede llevarle a la regulación que necesita.

Técnica #10: Juego sensorial.

El juego a través de la estimulación de los sentidos puede ser otro gran aliado a la hora de calmar a un peque. Jugar con arroz de colores, la mesa de luz, masas manipulables de diferentes texturas y olores (slime, arena kinética, plastilinas blandas…), botellas de vuelta a la calma, paneles sensoriales y otros tantos recursos no deben faltar en un aula o sala con personas con alteraciones del neurodesarrollo.

 

Un comentario de “10 Tipos de vuelta a la calma

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