Tampoco el uso de la instrucción directa o clase magistral de forma única e inamovible va a ser la solución a la respuesta educativa del 100% de tu alumnado.

¿Entonces qué hacemos?

Sea cual sea la metodología que uséis en vuestra aula, recordad evitar ser inflexibles en su puesta en práctica. Es esencial buscar los ajustes necesarios, o la combinación de otras prácticas para que ningún alumno con dificultades de aprendizaje o NEE se quede fuera. Adaptarla para hacerla realmente efectiva y que propicie la incusión.

Debéis tener muy en cuenta:

• El principio de accesibilidad cognitiva.
• Las técnicas específicas de intervención.
• Las metodologías propias de atención a la diversidad.
• Los sistemas aumentativos de la comunicación.
• La individualización. No todos los niños son iguales.

Y todo esto… aplicarlo diariamente para crear un aprendizaje accesible y significativo.

El uso de una metodología u otra de forma exclusiva porque es «diferente, innovadora, moderna, respetuosa, activa, integral, tradicional, clásica…etc.» no es excusa cuando un niño o niña no está incluido en el grupo clase y no accede de manera real al aprendizaje. No todo lo innovador o respetuoso es mejor. Y no todo lo tradicional es más efectivo.

La elección de una metodología u otra no debe basarse en modas o creencias. Debemos ser rigurosos, basarnos en la evidencia científica y realizar las adaptaciones necesarias para atender a todo nuestro alumnado. 

Y repito: el uso de una u otra metodología de manera exclusiva por su rasgo innovador, nunca es justificable si por ella algún alumno se queda atrás. También es importante recalcar que decantarse por el uso de metodologías, técnicas, adaptaciones y ciertos recursos es algo propio de cada grupo clase. La realidad de tu aula, no es la realidad del aula paralela.