El mejor material educativo.

Cuando comenzamos a programar y planificar nuestra práctica profesional, una de las primeras fases consiste en seleccionar, crear y gestionar una batería de materiales y adaptaciones que nos ayudarán a alcanzar los objetivos propuestos. La preocupación más repetida es poder ser capaz de elegir el mejor material educativo para nuestro alumnado. Y uno de los debates más habituales aquí suele ser el que rodea la cuestión:

«Fichas, ¿sí o no?»

Y lo cierto es que la respuesta es mucho más compleja que decantarse entre una afirmación o una negativa. Para poder elegir cuál va a ser el mejor material educativo, primero hay que conocer los diversos soportes a través de los cuales presentar material educativo. Los principales soportes son:

• Tareas formales: fichas, libro de texto, cuaderno de trabajo (individualizado o de editorial)…
• Material manipulativo: pictogramas con velcro, puzles, encajables, juegos de causa-efecto, cuentos adaptados…
• Juego: juegos de mesa, juegos reglados, juego simbólico.
• Recursos tecnológicos: tablet, pizarra digital interactiva, ordenador…
• Experimentación sensorial: mesa de luz, masas, arena, proyectores de luz, material fungible…
• Actividades vivenciales: situaciones cotidianas y esporádicas.

La importancia de una buena adaptación.

A nuestra disposición contamos con múltiples formatos a través de los cuales podemos representar los diferentes contenidos. Ahora bien, si ese material no está adaptado, no será accesible para el alumno a quien va dirigido. Emplear juegos, actividades de experimentación, recursos tecnológicos fichas y similares no sirve de nada si no están adaptados a sus necesidades individuales. No es una cuestión de que el material sea bonito, llamativo o que parta de sus intereses. Se trata de una cuestión de accesibilidad cognitiva. Es decir, manipular el contenido de forma que este sea comprensible tanto en su presentación como durante su manipulación. Y que, por tanto, pueda tratarse de un contenido con potencial de aprendizaje. 

Para ello debemos asegurarnos de que:

• Conocemos su nivel de competencia.
• Tenemos claro qué contenidos vamos a trabajar.
• Delimitamos los objetivos a alcanzar.
• Valoramos dificultades a abordar y fortalezas que nos pueden impulsar.
• Conocemos sus intereses y apatías.

A partir de aquí, es relativamente indiferente qué soporte utilices para crear tus adaptaciones, siempre y cuando sean el medio para hacer accesible el aprendizaje. Si bien es cierto que variar en el uso de soportes es lo mejor si no queremos que el alumnado se aburra con facilidad o termine desinteresado por el proceso de aprendizaje en sí mismo. De hecho, variar en el tipo de formato puede ayudarnos a facilitar la comprensión de conceptos, puesto que no siempre podemos saber con certeza qué material será el más adecuado.

Entonces… ¿cuál es el mejor material educativo?

No existe un recurso educativo definitivo que sea el mejor para todos los contextos, situaciones y alumnado. El término «mejor» puede variar según las necesidades, objetivos y características de nuestro ACNEAE, así como el contexto educativo (línea pedagógica), social y cultural en el que se utilice. Por ello, al optar por formatos que sean flexibles y adaptables, se abre la puerta a la participación plena de nuestro alumnado, atendiendo en la medida de lo posible a todas sus necesidades educativas.

La inclusión educativa no solo implica la presencia física en el aula, sino también la creación de un entorno que valore y atienda las diversas formas en que el alumnado accede, participa y procesan la información.

La accesibilidad universal se convierte en un principio fundamental al elegir formatos que permitan la igualdad de oportunidades para todos. La implementación de tecnologías y enfoques que se ajusten a diferentes capacidades y barreras para el aprendizaje ayuda en la construcción de una sociedad más inclusiva.

En conclusión, la elección del formato en los materiales didácticos tiene un impacto tanto en la experiencia de aprendizaje como en el compromiso con la atención a la diversidad, la inclusión y la accesibilidad universal. 

Para saber más:

• Trucos para crear el mejor material educativo de calidad.